Para construir una catedral gótica se necesitaba mucho, mucho dinero y durante mucho, mucho tiempo. Se tenía que movilizar un importante capital y garantizar que durase varias generaciones...
¿De dónde salía este dinero?
De varios sitios: de los fondos de la iglesia, de las aportaciones de obispos y clérigos, de donaciones de los señores, de las tasas al comercio, de colectas entre la burguesía y de la gente del pueblo...
Para administrar esos fondo se constituía una comisión llamada Fábrica, formada por los canónigos y autoridades civiles que seguía y controlaba todo el proceso de la construcción. La Fábrica obtenía parte de sus recursos en especie (caballos, mulas, bueyes como bestias de tiro; vacas, corderos, aves, vino, cerveza y hortalizas, como alimentos; collares, brazaletes, medallas para fundir y convertir en monedas, etc.). Se colocaban cepillos en las calles, tabernas, tiendas además de las iglesias. Los ricos entregaban parte de su patrimonio para poder ser enterrados en la catedral y los pobres colaboraban con jornadas de trabajo.
Cuando hacían falta más ingresos se recurría a las "Indulgencias" (condonación de los pecados a cambio de limosnas); a las procesiones de reliquias...
Algunas veces los obispos agotaban todas estas fuentes y la catedral estaba sin techar o le faltaban las torres. En estos casos, aún les quedaba una solución: levantar algunas prohibiciones a cambio de buenas limosnas.
Catedral de Bourges
La permisión más apreciada y solicitada era: la de poder comer mantequilla durante la cuaresma.
Los resultados del invento debieron tener mucho éxito... porque es fama que la Catedral de Bourges y la de Rouen tienen "torres de mantequilla".
Catedral de Rouen
¿Qué será lo que no se invente para recoger dinero...?
1 comentario:
Todo es negocio en este mundo,ni la fé se salva!que cosas tiene la historia de la humanidad!
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