Desde lo alto de la ciudad, e incluso desde el llano, llama la atención una enorme roca caliza que domina la vega y recorta el cielo como perfil enigmático, dando la sensación de que se trata de un rostro yaciente. Esta extraña forma geológica es conocida como "Peña de los Enamorados", en torno a la cual, existen varias leyendas, veamos una de ellas:
Era Antequera el límite fronterizo entra la España cristina y la musulmana, cuando un joven cristiano, llamado Tello cae prisionero en una población próxima. La hija del mandatario árabe de la localidad, Tahazona, fue por casualidad a los calabozos en los que se encontraba el muchacho. Ambos, de una sola mirada casi única, caen enamorados y deciden marcharse, ya que por aquellos siglos, no se les permitía contraer matrimonio a parejas de distintas creencias.
Se escapan de la cárcel, pero son descubiertos por los guardias, que con el padre de Tahazona al frente, salen a su captura. La distancia se va acortando, los árabes se les acercan y no saben que hacer. llegan a un peñón a la entrada de Antequera, decidiendo subir por él. Ya en todo lo alto, los arqueros del padre, apuntan a los jóvenes. Ambos se miran, se cogen de la mano y se acercan al filo de la cima. No tenían escapatoria; rendirse, o ser capturados y separados.
Pero no, Tello y Tahazona, unidos por sus manos vuelven a mirarse fijamente, luego saltan al vacio y se despeñan. Prueba clara en la que se demuestra, que el amor no tiene límites, ni las creencias, ni las imposiciones de los padres.
Hoy en día en Antequera, aún se toma como referencia en las declaraciones de amor entre los jóvenes, ni que decir tiene que se queda en palabras y no en hechos, destacándose sobre todo, el momento de la cita en tan bella y emotiva declaración. Hay algunos que le recitan a su amada la leyenda del peñón, otros que lo celebran con fuegos artificiales, e incluso los más osados, son capaces de alquilar una avioneta con el nombre de su amada...
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