lunes, 18 de enero de 2010

La Mantis religiosa


Este insecto tiene muchos nombres: Santateresa, tatadiós, campamocha, madre víbora, mamboretá, cerbatana, usamico, comepiojos, matapiojos,...


Puede girar la cabeza 180 grados, lo que le permite acechar mejor a sus presas...




Un animal que sabe prácticar muy bien, el oficio más antiguo del mundo: "La caza"

A Dios rogando y devorando:


Este animalito tiene una forma muy peculiar de cazar: junta sus patas delanteras como si rezara, y si otro insecto se pone a tiro lo atrapa con un veloz movimiento.


La carne, poco hecha:


La Mantis se atreve incluso a capturar pequeñas serpientes. Sus aficiones gastronómicas se inclinan por ingerir a sus víctimas aún vivas, aunque si está en cautiverio, también come ejemplares muertos.







El arte de luchar:

Nunca persigue a sus víctimas. Espera inmóvil a que se acerquen y las engancha con sus patas delanteras en forma de sierra. esta sibilina técnica ha inspirado una postura de lucha en las artes marciales.





Una horrenda agonía:


Cuando ataca, corta los centros vitales de su víctima, mordiendo su cuello y su cabeza. Su habilidad es tan grande que se atreve con presas más grandes que ella.




El macho... también se come:

En la época de apareamiento la hembra emite feromonas que atraen al macho... Durante este periodo las hembras son muy agresivas y, en ocasiones, acaban por comérselo durante o después del apareamiento, empezando por la cabeza...



Simpática... la mantis!

2 comentarios:

Chela dijo...

Siempre me ha impresionado la conducta de La Mantis Religiosa, sobre todo en el tema del apareamiento porque creo que es lo que más se ha divulgado de ella.¡muy cruel!

Son muy bonitas las fotos y celebro conocer algo más sobre ella que la información a que me he referido. Por ejemplo es interesante sus arte en la defensa y captura de sustento, enfrentándose con habilidad a
enemigos en principios más dotados.

Como lección valga el tener en cuenta lo de que "no hay enemigo pequeño".

un afectuoso saludo.

Francisco Méndez S. dijo...

No me gustaría ser el macho de esa especie-

Saludos