De la época de madurez del pintor, y más concretamente de los últimos años de su vida, data esta interpretación de las tres Gracias, auténtica obra maestra por la belleza de las figuras y la rica entonación del paisaje, aunque ciertamente, el ideal flamenco de belleza femenina era bien distinto del latino por la mayor opulencia de carnes y la tonalidad rosada de las mismas.
Rubens representa aquí a Aglae, Eufrosina y Talia, las hijas de Zeus y de la nereida Erínome, en entrelazado grupo que tiene su fuente de inspiración en Rafael y en la escultura clásica.
Podría decirse, además, que el modelo femenino de las tres jóvenes es el mismo, pero como contemplado desde tres ángulos diferentes. Por otra parte, es opinión unánime que el rostro de la figura situada al lado izquierdo está copiado del de Elena Fourment.
La guirnalda que aparece sobre las tres Gracias y el paisaje con tres cérvidos, hoy recuperados tras una reciente limpieza, pudieran haber sido realizados por algún colaborador del maestro.
A Rubens debían gustarle las damas rellenitas...
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