Barracas de Piedra Seca

En el mundo agrícola surgió un problema:
Los campos estaban llenos de piedras...


Para poder cultivarlos, los campesinos tuvieron que realizar un duro trabajo si querían obtener de la tierra los recursos que necesitaban para su subsistencia.









Era necesario eliminar las piedras, pero... ¿que haremos con ellas?.






La necesidad fomenta el ingenio. Y de esta necesidad nació la cultura de la piedra: se utilizarán para construir toda una serie de elementos que hoy podemos ver en cualquier rincón de nuestro paisaje. Cisternas, paredes, hitos y lindes, muros de contención, terrazas, barracas, puentes, caminos, clopers o monumentos, etc.



















En nuestra región abunda uno de estos elementos:
la barraca de piedra seca.

Se construyeron como refugio, tanto de personas como del ganado, para resguardarse de las inclemencias del tiempo, para descansar, para guardar las herramientas o productos del campo y en ocasiones cuando el trabajo a relizar duraba varios días, como vivienda ocasional.

En su construcción se trataba con su orientación, de evitar el calor en verano y el frío en invierno y con su ubicación de elegir el lugar más apropiado, menos productivo o más difícil de cultivar.

Hoy en día, al haber perdido muchas tierras su utilidad agrícola, la funcionalidad de estas barracas prácticamente ha desaparecido y su deterioro es manifiesto, los derrumbes son constantes a causa de las lluvias, el paso del ganado, el viento y el transcurso del tiempo en general.

Es un patrimonio que lenta y lastimosamente se va perdiendo, a pesar de todo, algunas personas amantes de las antiguas tradiciones tratan de mantener. ¡Ojala, lo consigan!