A principios del siglo XVI se encontraron en Roma los restos de un grupo escultórico antiguo que fueron bautizados con el nombre de Pasquino. El cardenal Oliviero Carafa los hizo colocar junto al palacio Braschi.
El nombre de Pasquino, que recibió la estátua procede, según la tradición, del de un zapatero, barbero o sastre, muy famoso por sus dichos y cuya tienda se encontraba próxima a donde se encontró la estátua.
Durante el siglo XVI, surgió la costumbre de de colocar en el dorso de la estátua escritos de carácter político, que recibieron el nombre de pasquinate, en los que se satirizaba al Papa, a los cardenales, a la curia, a los conclaves, la corrupción de costumbres, etc.
Esta costumbre ha dado nombre a los pasquines, escritos anónimos que contienen expresiones críticas contra el Gobierno, o contra personas determinadas y que se fijan también en público.
Los pasquines actuales han proliferado de una forma exagerada... hoy no sólo se critica, sino que también se utilizan como medios de propaganda y comunicación en general.
A los servicios de limpieza... les encantan los pasquines...
No hay comentarios:
Publicar un comentario