lunes, 1 de febrero de 2010

"El Grito" (Skrik)

Este cuadro lo realizó Edvard Munch entre los años 1893-1895 y sería considerado como el manifiesto del expresionismo alemán, representando la afirmación definitiva de su voluntad en configurar la forma, para representar plásticamente su mundo interior.



En primer plano, una figura humana, convertida casi en un signo de interrogación, se acerca al puente como si no pudiera sostenerse. Aterrado por su propio grito, el hombre se tapa los oídos, incapaza de soportar la fuerza desgarradora de su propia exclamación.

Sin embargo el grito se pierde en el silencio de la tarde y no llega más lejos de sí mismo; al fondo del puente dos figuras caminan tranquilamente sin percibir ninguna alteración en el ambiente.

Museo Munch, Oslo

Dos años más tarde, cuando la obra fue reproducida en la "Revue Blanche", Munch explicaba así sus motivaciones:

"Me paré y me apoyé contra la verja. Nubes rojas como la sangre y lenguas de fuego suspendidas contras el fiordo azul negro. Mis amigos me habían dejado, y sólo, temblando de angustia, me di cuenta del inmenso, infinito grito de la naturaleza."

De esta obra hay cuatro versiones y una litografía. Dos de estas versiones fueron robadas, una de la Galería Nacional de Oslo y la otra del Museo Munch. En ambos casos la policía noruega las recuperó posteriormente.

5 comentarios:

Abuela Ciber dijo...

Desgarra verla

Cariños

Marina-Emer dijo...

muy bonito lo que nos pones en tu post...yo no conocia ese pintor Frances pero me ha gustado aunque me gusta mucho como tu dibujas un dia espon dibujos tuyos me hara ilusion
un abrazo
Marina

CANTO EN FLOR dijo...

Ensordecedor...

Un abrazo.

Cuando puedas, te pasas...

Genín dijo...

Es curioso, he utilizado ese cuadro mas de una vez para un post, a mi me produce miedo...
Es como si alguien viera una fosa comun de un campo nazi y gritara horrorizado, siempre pensé así...
Salud

Rud dijo...

¡Hola, Luis!
Edvard Munch, el cuadro de este genio alemán es sobrecogedor. Yo también pinto al óleo, pero créeme que son muy pocas las veces que ha incidido mi ánimo en el acabado final.
Siempre he creído que esa pieza de arte representa lo que a diario vive muchísima gente: soledad. El personaje del primer plano parece tener una angustia infinita y a pesar de haber gente atrás suyo, no se percatan de su infelicidad.
Cuando tenemos una pérdida o una desgracia, pensamos como que el mundo hubiera quedado estático; pero no es verdad, únicamente queda inmóvil para quien está sumido en el sufrimiento, los demás siguen riendo y bailando, "no es asunto de ellos".
Un abrazo