Este retrato de su esposa se ha considerado como el más bello de los que le pintó.
En la mano derecha sostiene un tallo de romero, que alude a los esponsales con el pintor, el 8 de junio de 1633. Al contraer matrimonio con la hija del alcalde de Leeuwarden, van Uylenburch, se aseguró su ascenso en la sociedad acaudalada de la ciudad mercantil.
A la primera impresión se posa la vista en el vestido pintado de forma inigualable y en su ornamento. El retrato de perfil estaba anticuado desde hacia tiempo en la época de Rembrandt; si el artista recurre otra vez al mismo es por una razón poderosa. Resalta a la representada lejos del encuentro directo, situándola a una distancia que intensifica la luz clara que ilumina la faz de Saskia.
Rembrandt fue el retratista de moda en la sociedad amsterdamesa.
Como siempre... ¡Si tienes padrinos... te bautizan!
1 comentario:
Siempre se aprende algo nuevo visitandote, amigo. Gracias por compartir.
Un abrazo!
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