sábado, 30 de mayo de 2009

La Picota



Pena infamante que estuvo en uso desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Consistía en exponer al condenado a la vista del público en un lugar llamado también picota. La forma de infligir la picota dependía de la época y el lugar, pero por lo general tendía a acentuar el carácter humillante de la pena.







Al condenado se le colocaba sobre una tarima elevada y se rodeaba su garganta con un collar de hierro (argolla) que estaba unido a una cadena pendiente de un palo.







Otras veces se utilizaba un instrumento constituído por dos tablas móviles superpuestas y provistas de un agujero central, que aprisionaba el cuello del reo, y, muy a menudo, tenían también dos orificios laterales que rodeaban sus muñecas.


Casi siempre, sobre el condenado, o junto a él, se colocaba un escrito que indicaba el delito que había cometido y en algunos países era costumbre rapar sus cabellos y barba.







La pena de la picota fue abolida en Francia en 1832 y en Inglaterra, donde había sido aplicada por última vez en 1830, en 1837. En los Estados Unidos permaneció en vigor, en el estado de Delaware, hasta 1905.


El término usado en sentido figurado en la expresión "poner en picota", o sea, exponer a la risa y al escarnio, ha dado el nombre a un juego de sociedad en el que uno ha de escuchar los juicios que los otros jugadores dicen sobre él mismo y adivinar su autor.







También se llamaba picota a la columna de piedra que había en la entrada de algunos pueblos, junto a la que se exponían los reos a la vergüenza pública y de la que se colgaban las cabezas de los ajusticiados para conocimiento general.
¿Por qué se le ha dado el nombre de "Picota" a una variedad exquisita de cerezas?

Uluru





El pueblo aborigen anangu es el propietario tradicional de Uluru, la gran mole de piedra arenisca cuyo perfil está reconocido como punto de referencia cultural y geográfico en el continente australiano.










Se cree que los anangu forman una de las sociedades más antiguas del mundo, y su sistema de creencias esta vinculado a este lugar...








Existen muchas leyendas relacionadas con Uluru, por ejemplo, que se formó cuando la tierra se alzó debido al dolor ocasionado por la muerte de líderes tribales en una batalla. Pero la historia más conocida es ... :




Las liebres wallaby del Oeste, mala, abundaban en la zona hasta que, a mediados del siglo XX, se extinguieron, debido en parte a la acción de animales domésticos y zorros. No obstante, los mala han sido seres importantes para los anangu y están muy enraizados en su cultura.




Durante decenas de miles de años, los espíritus de los mala ancestrales han estado presentes hasta en la esencia de Uluru, y han guiado y protegido a todos los seres vivos.






En la antigüedad el pueblo mala viajó desde muy lejos hasta llegar a Uluru. Una vez allí, establecieron campamentos en los que los ancianos rodearon a las madres y a sus hijos pequeños para protegerlos...











Se erigió un palo ceremonial en lo alto de Uluru, y el ritmo de la vida siguió con armonía la ley mala, Tjukurpa.











Sin embargo, el pueblo que quería destruir el sistema mala había creado una bestia canina malvada llamada Kurpany. Enterado de la conspiración, Luunpa, el martín pescador, lanzó una advertencia que fue ignorada.














Dos hombres mala fueron asesinados y todo el mundo huyó. Eso ocurrió en un pasado lejano.



















En el presente, los anangu y los guardabosques del parque han colaborado para reintroducir los mala y asegurar así la supervivencia a largo plazo de un animal tan significativo para la continuidad de la cultura anangu.



Los anangu cumplen así su misión: custodiar el sagrado macizo de Uluru

Catedral de Canterbury


Como sede del arzobispado de Canterbury, la catedral es el centro religioso de los anglicanos. San Agustín, primer arzobispo de Canterbury, es un hombre con el cual se relaciona generalmente la llegada del cristianismo a estas islas, pero lo cierto es que la iglesia de San Martín data de antes de su llegada en 597. El papa Gregorio Magno había encargado a Agustín la misisón de convertir Inglaterra al cristianismo, pues creía que los anglos que él había visto no parecían "anglos sino ángeles", y por lo tanto había que ganarlos para la causa.


Al llegar a Canterbury, el rey Edelberto, cuya esposa ya era cristiana, donó una iglesia a Agustín y sus monjes. Agustín no tardó en establecer una comunidad que, en 998, vivía según la regla de San Benito, hasta la disolución en 1540.




A lo largo de los siglos la catedral ha sido remodelada por muchos otros santos y obispos importantes: Honorus, Teodoro, Oda, Dunstan, Alphege, Anselmo, Tomás, Edmundo y Thomas Cranmer. Sus donaciones especiales se sumaron al cúmulo de oraciones entregadas por peregrinos y otros fieles.




Sin embargo, la figura que ha quedado más grabada en la imaginación del puebolo es Thomas Becket. En una gélida mañana invernal de 1170, ante el altar de la catedral, este santo fue asesinado por cuatro caballeros que deseaban congraciarse con el rey Enrique II, quien había expresado el deseo de deshacerse de "ese cura problemático", un comentario malinterpretado por dichos caballeros como una orden.






Al convertirse en arzobispo, Thomas se había entregado a la purificación de la iglesia, de modo que adoptó un papel enérgico y en apariencia problemático, mientras el rey había confiado en que Thomas sería un aliado manipulable.



Al final, Enrique fue amenazado con la excomunión, lo cual provocó su exabrupto y el horrendo crimen de los caballeros. Se produjeron protestas públicas por el asesinato de un hombre santo en suelo sagrado, y la misma noche de su asesinato tuvieron lugar tantos milagros que se encargó a dos monjes la tarea de tomar nota de ellos.
La multitud empezó a acudir en peregrinación.






Tres años después, Thomas fue declarado mártir por el papa Alejandro, y en el siglo XV Canterbury era el lugar de peregrinación más famoso de Europa. No obstante, la violencia y la destrucción regresaron al templo. El altar de Thomas fue destrozado por el rey Enrique VIII en 1538, los puritanos saquearon el lugar en 1642, y fue pasto de dos incendios.
Sin embargo, la fe y la devoción han perdurado...

viernes, 29 de mayo de 2009

Petra


Medio construída y medio tallada, la antigua ciudad de Petra surge de un paisaje rocoso, donde cuevas y cañones eran viviendas mucho antes de que se inventara la escritura.

Se considera el lugar donde Moisés golpeó una roca con su vara, de la cual brotó agua milagrosamente, para sacier la sed de los israelíes, y también que es el lugar de descanso de su hermana Sara.





Petra fue construída por los nabateos a mediados del siglo II a.C., como una ciudad para las caravanas y también un lugar de culto a los dioses antiguos. Los nabateos construyeron templos, santuarios y cementerios. Cuando llegó el cristianismo, en el siglo IV, se produjo, un inevitable cambio; se construyeron iglesias sobre antiguas tumbas y templos, y los antiguos dioses fueron desbancados.


Petra es única por su emplazamiento y arquitectura. La piedra arenisca local ha sido tallada hasta formar asombrosas estructuras con cierta influencia griega. Aquí vemos un acueducto tallado en la roca.

El tiempo y los elementos han pulido y erosionado sus estructuras que ahora reposan en el contexto más amplio del paisaje.








El Siq, de más de un kilómetro de longitud, es una fisura profunda y oscura en la montaña que nos prepara para la llegada al Tesoro o Kazneh. Nichos con dioses tallados, juegos de mesa grabados y dibujos en la piedra para llegar a la fachada del Tesoro, que se alza bajo el sol desde hace tres mil años.



El Al-Dayr fue concebido antes como una tumba que como un monasterio, y se cree que las cruces grabadas en su interior han provocado el equívoco. Los albañiles trabajaron desde 45 metros de altura donde una gigantesca urna corona la parte superior.

Dentro de las tumbas hay nichos y cámaras, o loculi, que veneran a los muertos, junto con altares y dioses tallados en la roca.


El lenguaje nabateo derivaba del arameo, y debía de haber inscripciones en las paredes, pero se han perdido, tal vez trasladadas por los que utilizaron los espacios para el culto cristiano.
Hoy, Petra es una visita turística considerada de cinco estrellas...

Las Torres de Mantequilla




Para construir una catedral gótica se necesitaba mucho, mucho dinero y durante mucho, mucho tiempo. Se tenía que movilizar un importante capital y garantizar que durase varias generaciones...











¿De dónde salía este dinero?

De varios sitios: de los fondos de la iglesia, de las aportaciones de obispos y clérigos, de donaciones de los señores, de las tasas al comercio, de colectas entre la burguesía y de la gente del pueblo...








Para administrar esos fondo se constituía una comisión llamada Fábrica, formada por los canónigos y autoridades civiles que seguía y controlaba todo el proceso de la construcción. La Fábrica obtenía parte de sus recursos en especie (caballos, mulas, bueyes como bestias de tiro; vacas, corderos, aves, vino, cerveza y hortalizas, como alimentos; collares, brazaletes, medallas para fundir y convertir en monedas, etc.). Se colocaban cepillos en las calles, tabernas, tiendas además de las iglesias. Los ricos entregaban parte de su patrimonio para poder ser enterrados en la catedral y los pobres colaboraban con jornadas de trabajo.



Cuando hacían falta más ingresos se recurría a las "Indulgencias" (condonación de los pecados a cambio de limosnas); a las procesiones de reliquias...






Algunas veces los obispos agotaban todas estas fuentes y la catedral estaba sin techar o le faltaban las torres. En estos casos, aún les quedaba una solución: levantar algunas prohibiciones a cambio de buenas limosnas.



Catedral de Bourges



La permisión más apreciada y solicitada era: la de poder comer mantequilla durante la cuaresma.
Los resultados del invento debieron tener mucho éxito... porque es fama que la Catedral de Bourges y la de Rouen tienen "torres de mantequilla".





Catedral de Rouen





¿Qué será lo que no se invente para recoger dinero...?

Caballo Blanco de Uffington


Este estilizado caballo, que se encuentra en Uffington, Oxfordshire, es el geoglifo más elegante y antiguo de Inglaterra.
La creta blanca de las franjas hace que la figura destaque a lo largo del valle que lleva su nombre, y las pruebas ralizadas han establecido su antigüedad en 2.600 años, tal vez más, con lo que el caballo podría datarse en unos 3.000.


El peculiar entorno que rodea la figura fue plegado en vertical por las fuerzas del último período glacial. Al pie de estos pliegues se encuentra el curioso montículo de cumbre lisa conocido como colina del Dragón.








Según la tradición San Jorge, derrotó al dragón en lo alto de esta colina y su sangre envenenó la hierba, de modo que la zona continúa pelada en nuestros días.









Se cree que la figura de la ladera representa un corcel, o incluso al propio dragón. El caballo está colocado en la ladera hacia el este de los pliegues y encarado al sol poniente.






Sobre él, se observan más pliegues en el paisaje: es un castro de la Edad de Hierro, del s. VII a.C.


Algunos mitos sugieren que la figura de 110 m. es una señal conmemorativa de la victoria de los sajones, a las órdenes de Alfredo el Grande, sobre los daneses en 890.








Si el caballo es anterior al castro, puede que fuera adoptado por sus habitantes. Toda la gloria de la figura se aprecia mejor desde lejos, incluso desde el aire, como si la intención hubiera sido su contemplación desde el cielo.





Tal vez se dibujó para aplacar a Epona, la diosa lunar celta de la fertilidad, sanadora y protectora de los caballos.



Se dice que en las noches iluminadas por la luna, la figura abandona su colina para ir a comer al Manger, el valle llano del fondo.

jueves, 28 de mayo de 2009

Tirant lo Blanc



En el siglo XV la literatura catalana se enriqueció con dos novelas caballerescas que lograron una gran difusión: Curial e Güelfa y Tirant lo Blanc. Esta última, que alcanzó más fama, es una extraordinaria novela del valenciano Joanot Martorell, escrita entre 1460 y 1468.












En ella narra las aventuras de un joven caballero bretón, Tirant, que acude a Constantinopla a luchar contra los turcos, y sus aventuras bélicas parecen rememorar las gestas de los almogávares. En esta ciudad conoce a la princesa Carmesina, con la que vive una apasionada historia de amor en la que intervienen personajes tan característicos como Plaerdemavida y la Viuda Reposada.






Martorell mezcla con maestría la guerra, el amor, el análisis psicológico y la descripción de las costumbres de su época hasta lograr una auténtica obra maestra, que el propio Cervantes calificó como: "el mejor libro del mundo" y lo salvó de la quema general de novelas de caballerías porque "aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con otras cosas de que todos los demás libros de este género carecen".






La magistral construcción de la novela y su técnica narrativa objetiva han motivado que se considere Tirant lo Blanc como precursor de la narrativa moderna y una de las primeras novelas clásicas de todos los tiempos. Además, contiene un magnífico retrato de la época que aumenta su interés.






La celebración en 1990 del Any Tirant, en ocasión del quinto centenario de la primera edición (Valencia, 1490), ha servido para renovar el interés del público y de los especialistas por esta novela, que ha resistido con éxito el paso del tiempo.

Machu Pichu





En todo el mundo, los templos reflejan en cierto modo la forma de las montañas y apuntan hacia el cielo. Los constructores de Machu Pichu fueron más lejos al situar toda una ciudad dedicada al culto sagrado lo más cerca posible del cielo. Templos y terrazas, cámaras ceremoniales y viviendas abrazan la montaña andina y se adaptan a su perfil a 2.430 m. sobre el nivel del mar.







La tradición antigua señala que quienes establecieron la sociedad en Machu Pichu fueron Manco Capac y su esposa Mama Oqllu, junto con espíritus tutelares y dioses celestiales, y añade que decretaron leyes para la agricultura y la artesanía, entre muchas otras cosas. Tiempo después, en el siglo XV, el emperador inca Pachacútec, o Inca Yupanqui, a quien se honra con un mausoleo en el santuario, ordenó construir la ciudadela.






En el entorno de un bellísimo valle sagrado, se alza una ciudadela cuyas paredes fueron pulidas y embellecidas por artesanos incas, y cuyos habitantes más nobles iban adornados con oro, plumas y orquídeas. Hay zonas dedicadas a funciones específicas: una sagrada que santifica al dios sol Inti, y otra que ensalza a los sacerdotes, a los miembros de la realeza y a los amautas, o ancianos sabios.





Entre las numerosas tareas de los trabajadores se contaba el mantenimiento de un sistema de irrigación que llevaba el agua sagrada de un puquio, o fuente sagrada, hasta cada vivienda por orden de santidad.












Conocida antes únicamente por los habitantes de las cercanías, el explorador norteamericano Hiram Bingham descubrió el lugar en el año 1911.





Un detalle sorprendente es que la ciudad estaba habitada casi exclusivamente por mujeres. Muchos de sus restos muestran señales de deformación deliberada del cráneo, tal vez para aumentar la belleza o por un deseo de fusionarse con el cosmos.




Y los hombres..., donde estaban?