Gustav Klimt siempre tuvo la protección de la burguesía vienesa, constituída por industriales judíos que tenían una cultura muy liberal y una vocación modernista. Eran los mismos clientes para los que trabajaban los artistas de la Secession o los Talleres Vieneses.
Klimt se convirtió en el retratista de esta refinada élite y sobre todo de sus mujeres...
Algunas de sus "Mujeres":
Retrato de una dama, que podría ser la Señora Heymann, un ejemplo de sus primeros retratos. 1894
Usa por primera vez el formato cuadrado que utilizará posteriormente en muchas de sus obras.
Emilie Flöge, 1902
Era la hermana menor de su cuñada y fue con la que mantuvo más íntimas relaciones.
Margarethe Stonborough-Wittgenstein, 1905
Klimt la coloca contra un fondo constituido por formas geométricas planas y coloreadas que recuerdan a los motivos que utilizará poco más tarde en el mosaico del palacio Stoclet.
Klimt la coloca contra un fondo constituido por formas geométricas planas y coloreadas que recuerdan a los motivos que utilizará poco más tarde en el mosaico del palacio Stoclet.
Klimt alcanza aquí la plenitud de su original estilo de retrato decorativo.
Adele Bloch-Bauer I, 1907
En este retrato Klimt no escatimó las aplicaciones de oro y plata. La figura se integra por completo en la gramática plana y decorativa del fondo.
Se considera el retrato más famoso de los que pintó.
Seguirán más "mujeres"...!
4 comentarios:
Me gusta mucho Klimt!Un abrazo
Hola Lluis:
A Emilia la veo con un leve tono blau-grana.
(Eso se llama deformación deportiva)
Un abrazo.
Una época plasmada hermosamente.
Cariños
Siempre me ha gustado mucho Klimt y he podido disfrutar de sus obras en el viaje que hice en septiembre del año pasado a Viena.
Los retratos que has seleccionado son preciosos, cada uno en su estilo. Los he mirado ampliados y el primero es de una perfección exquisita. Claro que los que definen más la originalidad de su estilo son los últimos.
Un abrazo.
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