De entre las muchas leyendas sobre la Navidad hay dos que tienen como protagonista una araña...
Para la decoración de los motivos navideños utilizamos unas tiras-cintas de "espumillón" de diferentes colores y texturas, pero...
¿Cuál es el origen de estos adornos?
"Era una mujer que había enviudado con varios hijos, y la pobre, cuando llegó la Navidad, quiso adornar un árbol para sorprender a sus niños. Así que se gastó todos sus ahorros y trabajó ella misma intensamente para tenerlo listo el día de Navidad. Pero durante la noche, las arañas tejieron sus telas en las ramas del árbol y echaron a perder todo su trabajo. El Niño Jesús que presenció la escena y vió el esfuerzo arruinado y los ahorros de la mujer echados a perder, quiso recompensar su ilusión y su trabajo y transformó en plata las telarañas".La otra historia nos dice:
"En la huida a Egipto, María, José y el Niño pararon a pasar la noche en una cueva. De madrugada pasaron por allí los soldados, pero no se molestaron en mirar en la cueva porque su entrada estaba cubierta de telarañas. Aquella noche, mientras la sagrada Familia dormía, una araña había tejido su tela en la entrada para mantenerlos a salvo. Cuando despertaron vieron brillar la telaraña con el rocío y el sol de la mañana, y supieron que Dios les había mantenido así a salvo"
El "espumillón" del árbol recordaría aquella telaraña que salvó a María, José y Jesús de la crueldad del rey Herodes.
Como todas las leyendas...¡hay que creérselas!