
-Señorita, sería para mí un gran placer que se dignase reservarme el Valse…
-Lo siento mucho, caballero… pero el Valse ya lo tengo comprometido.
-¿Y el Schotiche?
-El Schotiche, también… sólo me quedan libres la Polka y la Redova.
-Le ruego tenga la gentileza de reservarme entonces la Polka.
La joven abre su bolso y cogiendo el Carnet de Baile con sumo cuidado, pregunta al joven:
-Me da Vd. su nombre, por favor.
-Soy Ricardo-Enrique, el heredero de los marqueses de Olmo Alto del Encinar…
La sobrina de Subías de las Lomas Altas, anota el nombre del joven y coquetea con una leve sonrisa, mientras guarda el lápiz en su funda.
Ricardo-Enrique, con una leve reverencia, se retira hasta donde están sus amigos y, tomándose un ponche de frutas, celebra su éxito.
-Lo siento mucho, caballero… pero el Valse ya lo tengo comprometido.
-¿Y el Schotiche?
-El Schotiche, también… sólo me quedan libres la Polka y la Redova.
-Le ruego tenga la gentileza de reservarme entonces la Polka.
La joven abre su bolso y cogiendo el Carnet de Baile con sumo cuidado, pregunta al joven:
-Me da Vd. su nombre, por favor.
-Soy Ricardo-Enrique, el heredero de los marqueses de Olmo Alto del Encinar…
La sobrina de Subías de las Lomas Altas, anota el nombre del joven y coquetea con una leve sonrisa, mientras guarda el lápiz en su funda.
Ricardo-Enrique, con una leve reverencia, se retira hasta donde están sus amigos y, tomándose un ponche de frutas, celebra su éxito.




Esta historieta ficticia, me sirve para presentaros una pequeña muestra de la colección de Carnets de Baile de principios del siglo XX, que son propiedad de don Tomás T. y D. y que me fueron amablemente cedidos para esta publicación.

En éste que es de nácar, podemos ver en las diferentes hojas ya impreso, el nombre de cada uno de los bailes y de esta forma la dama sólo tenía que escribir el nombre del agraciado bailarín.