viernes, 14 de noviembre de 2014

De pena...!!!

No superaba los 30 años...
Con paso cansino se acerca a la mesa en la que estoy sentado y se queda a la expectativa sin decir palabra...
Era la persona que atendía a los clientes que estában sentados en la terraza de una cafetería frente a un jardín de la ciudad...
Dejo de hacer unas tomas del arbolado del jardín y le pido un refresco y una tapa...
(Estas fotografías no corresponden con el lugar de los hechos, están tomadas en Barcelona).
Transcurrido un espacio de tiempo, que me ha permitido leer los titulares más importantes de la prensa, me ha llegado lo solicitado...
Degustado el aperitivo, alzo mi brazo izquierdo para llamar la atención del "personaje" que acude a mi llamada con la misma celeridad que en un principio y le pido la cuenta...
En esta ocasión escucho sus palabras:
- "La bebida vale 1,50 € y la tapa 1,60 €..."
Y ahora viene lo más "chusco"...
Coge un pequeño bloc y anota en la primera hoja:
1,50, después y debajo 1,60, traza una línea horizontal y empieza a sumar, 0 y 0... 0; 5 y 6... 11; 1 y 1 y 1... 3.
- Serán 3 con 10...
¡eureca! dije yo...
(No me fije si después de la línea horizontal y a la izquierda de las cifras había colocado el signo mas (+) como nos enseñaron de pequeñitos...)
Abono la cuenta y, por supuesto, no dejo ninguna propina... pienso que no la merecía.
Por suerte no todos los jóvenes son tan "sapientes", la gran mayoría tiene estudios universitarios, pero casos como el presente demuestran que muchos usuarios de maquinitas modernas no tienen ni puñetera idea de las operaciones matemáticas más simples... y ya no hablemos del sistema métrico decimal, donde les es igual 1 céntimo 0,01...           que 0,1...
Esta anécdota se puede hacer extensiva a muchos otros "terrenos de juego" como aquella dependienta del supermercado que tiene dificultades para devolverte el cambio, o al electricista que viene a reparar una lámpara y se va sin que funcione, o al lampista que no sabe reparar un lavabo, o a cualquier otro "chapucero" como el taxista que no conoce las calles de la ciudad...
Hemos creado una sociedad muy particular, tenemos más de 6 millones de parados...
 ...nuestros jóvenes universitarios emigran a Europa en busca de cualquier trabajo, aunque sea de un nivel inferior al de sus estudios...
 y los que tienen trabajo en nuestro país (algunos, no todos por suerte) no tienen la profesionalidad adecuada...
Tendrán algo que ver los políticos ?
¡Bueno, mientras los pinos sigan dando piñas...!
De pena...!!!

1 comentario:

Gabriela dijo...

Taxistas que no conocen las calles abundan en Lima, donde ser taxista es la solución inmediata a la falta de trabajo. Es que acá no se les pide grandes requisitos para trabajar.