domingo, 22 de noviembre de 2009

Der fliegende Holländer (El Holandés errante)



Una ópera romántica de Richard Wagner


Una antigua leyenda europea narra la odisea de un marinero, condenado por el diablo a vagar eternamente en su barco hasta que encuentre una mujer capaz de amarlo con una fidelidad sin reservas. El Romanticismo la divulgó, pero Wagner la recreó desde la perspectiva de Senta, la mujer que, con una devoción cercana a la locura, dedica su vida a esperar a éste marinero con el objeto de entregarse sin otra seguridad que el amor que le profesa.






La obra tiene tres actos, en el primero la acción transcurre en el siglo XVIII. El barco de Daland ha conseguido atracar en la costa noruega sorteando una violenta tempestad. En un instante de particular agitación, aparece el barco del Holandés, que se sitúa junto al de Daland. El Holandés regresa a tierra después de siete años de navegar ininterrumpidamente, con la esperanza de encontrar la salvación. Cada siete años vuelve a pisar tierra para intentar romper la maldición.






Daland queda fascinado por el extranjero, sobretodo después de comprobar que posee inmensos tesoros que despiertan su codicia. Cuando el Holandés se entera de que Daland tiene una hija, se apresura a pedirla en matrimonio a cambio de sus riquezas. Daland, sorprendido, acepta encantado.






Acto segundo:


Habitación en casa de Daland, presidida por el retrato de un hombre pálido y enigmático que no es otro que el Holandés. La hija de Daland, Senta, está fascinada por la leyenda del Holandés y apenas hace caso a su prometido, Erik, que está enamorado de ella y viene a pedirle su mano. Erik reconoce en el hombre del cuadro al extranjero que, en un sueño, ha visto huir con Senta. Convencido del escaso eco de sus ruegos, sale de la casa.



Cuando llegan Daland y el Holándés, la joven se queda casi hipnotizada, observándolo en silencio, mientras su padre la incita a aceptar como esposo a este hombre tan rico y que parece un inmejorable partido. El no se identifica pero advierte a Serta que le exige un sacrificio terrible. Ella le asegura que está dispuesta a serle fiel hasta la muerte.



Acto tercero:

Los marineros y el pueblo festejan la llegada del barco de Daland. Erik intenta, una vez más, que Senta reflexione sobre su decisión de romper y le recuerda el día en que aceptó su amor. El Holandés ha presenciado la escena y cree que Senta le es infiel. Ordena a su tripulación regresar al mar y, antes de desaparecer, revela a Senta su personalidad. Enloquecida, Senta se lanza al mar desde un acantilado mientras proclama su fidelidad hasta la muerte. Del mar surgen los perfiles de los dos amantes, abrazados.





¡Oh, el amor...! todo lo puede...

3 comentarios:

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Una genuina y autentica obra de arte.

Feliz tarde de domingo...!

Jesús y Maria Angeles dijo...

Qué grande es Wagner, sus óperas inconmensurables. Algo densas y duras para iniciarse en la ópera pero cuativadoras e impresionantes.
Un abrazo y buena semana

LAO dijo...

opera romántica, creo que casi siempre lo son y los finales suelen ser trágicos. Muy buena tu transcripción. Un abrazo!