sábado, 9 de noviembre de 2013

El Castillo...

Peñíscola es una fortaleza natural unida a tierra firme por un estrecho tómbolo y en su cúspide, a 64 metros de altura sobre el nivel del mar, aloja un soberbio castillo con un amplio perímetro amurallado...
(esta fotografía está tomada de Internet)
Está construido sobre fortificaciones muy antiguas, difíciles de percibir en la actualidad, por las sucesivas reformas llevadas a cabo a lo largo de la historia. Reedificado tras la ocupación de la plaza por el rey Jaime I, en el año 1234.
La fortaleza fue sede de los sucesivos señores del distrito de Peñíscola: el propio rey Jaime I, Guillem de Montcada, Orden del Temple (desde 1294) y posteriormente residencia del comendador mayor de la Orden miliar de Santa María de Montesa...
Este castillo fue testigo de los últimos años de la vida de Pedro de Luna, Benedicto XIII, en la obediencia de Avignon, cuando la monarquía se sustrajo a la obediencia papal y el aragonés dispuso en Peñíscola un simulacro de corte pontificia. Aquí  acabó sus días el Papa Luna, en el año 1423, siendo sepultado temporalmente en la iglesia del propio castillo. Incorporado el castillo a la Corona española por Alfonso V y posteriormente por Fernando el Católico ha sido el indiscutible protagonista de la historia de esta ciudad.
La fachada principal se levantó entre 1294 y 1307 y tiene una única puerta de acceso al interior flanqueada por dos esbeltas torres cuadradas...
Entremos, nos encontramos en la planta inferior y el cuerpo de guardia...
...con una de las escaleras principales y unos accesos a los establos y al aljibe colector de las aguas pluviales.
El antiguo establo de la fortaleza es una sala rectangular de bóveda ligeramente apuntada...
...con un acceso al fondo a dos habitaciones. Una de ellas de planta cuadrangular era el antiguo polvorín...
Subimos a las plantas superiores...
...y desde el patio de armas podemos ver algunas de sus dependencias mas importantes...
Entraremos en la Iglesia...
...de planta rectangular, de una sola nave, cubierta con bóveda de medio cañón...
...con ábside de medio círculo...
...estuvo dedicada a la Virgen María y a los tres Reyes Magos...
En la derecha del pie del ábside, estuvo depositado el cadáver del Papa Luna, hasta su traslado a su casa solariega del castillo de Illueca en Zaragoza.
Nos vamos al Salón Gótico...
...es la dependencia principal entre las civiles del Castillo. Se acede desde el patio de armas a través de una puerta sobre la que figuran esculpidos los cardos del blasón de Fray Berenguer de Cardona, Maestre de la Orden del Temple.
Es una sala de planta rectangular con magníficos paramentos de sillería labrada y está cubierta con una atrevida bóveda iluminada por amplios ventanales...
Otro salón importante es el del Cónclave...
Una empinada escalera conduce al lugar donde la tradición sitúa las reuniones del Cónclave a la muerte de Benedicto XIII, por los de su obediencia...
Pasamos a la Casa de la Cisterna...
...una amplia sala rectangular con el brocal...
...es el pozo por el que se extraía el agua del aljibe...
Recipientes para la distribución del agua.
Y terminamos el recorrido por diversas dependencias de la fortaleza...
Accesos a los calabozos...
...celdas... (la Inquisición también pasó por aquí)
...letrinas (¡!)
...y para "descomer" hay que comer primero...
¡Si gustan!
Parece ser que hoy no hay "menú"... tendremos que ir a comer a casa...

3 comentarios:

Felipe Tajafuerte dijo...

Una pequeña corrección: el pueblo aragonés, donde está enterrado Benedicto XII, es Illueca, no Illecas. Por esta razón, también se le llama "El Papa Illueca".Un saludo desde mi mejana

Luis dijo...

Hola Felipe:
Efectivamente tienes toda la razón. No es Illecas sino Illueca, provincia de Zaragoza.
Ahora permite que te haga otra pequeña corrección a tu comentario.
No es Benedicto XII, sino Benedicto XIII!
Benedicto XII fue el papa nº 197, de 1334 a 1342 y se llamaba Jacques Fournier, de Avignon...
Un cordial saludo desde Tarragona,
Luis

Luis dijo...

Hola Felipe:
Gracias a tu comentario he rectificado el error!
Un afectuoso saludo,
Luis